La meva llista de blogs

dimarts, 20 de març del 2007

El mar

Aprofitant que aquest cap de setmana ha estat de tres dies, bé per a mi sí, dissabte ens vam apropar a la platja. Tot i que ja comença a haver-hi banyistes, encara es pot anar passejant amb la Sira sense molestar. Ella no opina el mateix, perquè això d'anar lligada no li agrada, però va anar així fins a les roques.
Un dels luxes del que gaudim és podem contemplar el mar mentre dinem, tot i estar a certa distància de la platja. Al principi et meravelles de la vista, però amb el temps ja és tan normal veure les onades des de casa que li restes importància, fins que t'apropes i sents aquella olor a mar, tan indescriptible i alhora tan revitalitzant. I és que no podria viure en una ciutat sense mar!!
Aquí més fotos.

Aprovechando que este fin de semana ha sido de tres días, al menos para mí, el sábado nos acercamos a la playa. A pesar de que empieza a haber bañistas, todavía se puede pasear con Sira sin molestar. Ella no opina lo mismo, porque no le gusta ir atada, pero así fue hasta llegar a las rocas.
Uno de los lujos que tenemos es poder contemplar el mar mientras comemos, aún estando a cierta distancia de la playa. Al principio te maravillas de la vista, pero el día a día va conviertiendo el paisaje en algo más normal y restas importancia al hecho de poder contemplar las olas; hasta que te acercas y hueles ese olor a mar, tan indescriptible y a la vez tan revitalizante. ¡Y es que no podría vivir en una ciudad sin mar!
Aquí más fotos.

4 comentaris:

Ricardo Astrauskas ha dit...

Rico Playa pero hace falta aqui mas calor

Anònim ha dit...

Qué bonic, he vist que és Altafulla, jo durant molts anys anava de vacances a La Mora... quian enveja em fas....

Anònim ha dit...

mmm! la olor del mar! M'encanta!

Cristina ha dit...

Laura, yo viví hasta los 23 años en una ciudad con mar, y claro, estás tan acostumbrada a verlo que ni te das cuenta de lo que tienes ahí... cuando me trasladé a Madrid... fue horroroso, con esos calores, no poder escaparse a la playa, yo me ahogaba. Ya han pasado unos cuantos años y me he acostumbrado a la meseta, pero reconozco que no hay nada más relajante que sentarse junto al mar y mirar el vaiven de las olas.
Eres muy afortunada.